La historia de Chucho el Ninfo (1890)
de José Tomás de Cuellar como creación de hombres supremos a partir del suelo fértil de la mujer oprimida”.
POR ANETTE CÓRDOVA
El porfiriato fue un periodo de gobierno dictatorial en México ubicado de 1876- 1911 después de un proceso de gran inestabilidad política generado después de la Independencia que tomó su nombre por el del gobernante en turno llamado Porfirio Díaz. Este espacio de tiempo estuvo caracterizado por generar un discurso hegemónico que pudiese crear una visión positiva sobre el progreso y la integración de las formas artísticas, políticas, intelectuales y sociales en boga del territorio europeo relacionado con valores liberales y positivistas difundidos a nivel público con la creciente democracia educativa propia de este periodo y cuyo empeño y propósito estuviera completamente ligado a la reproducción de estos valores, acción que prometía generar así la paz característica de tal época. (Sinagawa Barona, 2024)
Es así como el arte, dentro de todos los ámbitos, pero en función de lo expuesto, el terreno literario específicamente, se encargó de generar cierto discurso que fuese a la par de estas formas y que a través de la instrucción moralizante contenida en historias triviales o cotidianas (dentro de la prosa principalmente) enfocadas casi por completo en el papel de la mujer y el hombre, se generara una idea de complemento que fungiría como la estructura perfecta de cohesión social necesaria. “En ese sentido, los momentos son concebidos como eventos, situados históricamente, que siguen patrones y una serie de prescripciones normativas, las cuales crean un sentido emergente de identidad.” (Benhumena-Bahena, 2014, pág. 95) generando una homogeneización de dichos géneros, visualizados como fórmula universal, pero que, como se estudiará a lo largo de este ensayo, serán resultado únicamente de una construcción necesaria a partir de un contexto social y político específicos.
El intelectual de este periodo se caracterizó por gozar de un estatus individualizado y laico, producto de la dicotomía entre estado y religión, esto permitió a los escritores desligarse de los intereses nacionales y enfocarse en el ámbito social principalmente, así como en la estética heredada del hispanismo instaurado que estaba ligado con la deseada modernidad y que, como sabemos, dejó en su mayoría relegadas a las diferentes lenguas indígenas vivas buscándose así el “orden y progreso” prometido en la dictadura de Porfirio ligado a la negación de su propio pasado indígena. (Sinagawa Barona, 2024)
Sin embargo, aunque la adopción de la lengua hispánica fue innegable, la libertad del intelectual y el artista con relación a su obra en dicho periodo fue algo muy poco común, ya que el mismo proceso de modernización y monetización de ese nuevo oficio extenuó esta práctica y, en cambio, logró relegarles y censurarles generando la subordinación de sus obras a los discursos políticos hegemónicos dentro del periodismo, revistas o caricatura, por ejemplo. La existencia de literatos de renombre en estos géneros ofrecería una visión mucho más polémica y validada dentro de la consideración y opinión pública. (Sinagawa Barona, 2014)
“La relación modernidad-arte se sostiene en una endeble línea que delimita el conflicto entre ambos: el arte por un lado no queriendo renunciar a ese apego al espíritu y, por el otro, necesitando de la modernidad como fuente estética y (por mera supervivencia) como fuente de sustento.” (Sinagawa Barona, 2014, pág.80)
Tal fue el caso de José Tomás de Cuellar (1830-1894) un periodista, novelista, y diplomático a quien podríamos ubicar, dentro de los tres tipos de intelectuales definidos por Gilda Sinagawa: el militante, intelectual partidista (sea de izquierda o derecha) que siembra las semillas de un fruto ideológico específico.(Sinagawa Barona, 2014) Este autor de seudónimo Facundo, se formó en el colegio de San Idelfonso y en el Colegio de San Gregorio participando también como defensor contra el ejército estadounidense en el castillo de Chapultepec, fue parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores y miembro de la Real Academia Española para el año de 1890. Participó en distintas revistas como la Ilustración Mexicana y Semanario de Señoritas que, aunque fuese una forma de educación coloquial, representaba una forma útil de aprendizaje y entretenimiento, así como de moralización para poder educar en el hogar de la mejor manera a los próximos varones ciudadanos. También creó el periódico “Bohemia Literaria” en 1867 junto a personajes como Ignacio Altamirano, Guillermo Ramírez, Justo Sierra, entre otros y aparece el “Discurso sobre la poesía erótica de los griegos”. Los bohemios tienen una relación profunda con el flaneur francés. Podemos ubicar otras muchas novelas publicadas de temas costumbristas como “Ensalada de Pollos” (1871), “Las gentes que “son así” (2014) “Los fuereños” (1883) entre otras. (Lara, Melina, 2023)
La obra “Historia de Chucho el Ninfo” (1890) cuenta con un narrador falso omnisciente y presenta en su historia, como veremos, valores comunes de la ilustración y de la religión en oposición y contraste constante. El autor presenta una imagen de la sociedad religiosa de la época como impedimento de la regeneración moderna necesaria para el progreso, y el papel de la mujer, complejo y de esfuerzo constante para fungir como sostén, pero, irónicamente, relegada a un papel secundario e insuficiente. El análisis estructural del relato por Barthes en cuanto a funciones será el método a través del cual nos apoyaremos para comprender así la forma en que se estructura el texto.
El primer capítulo titulado “En el que se ve que el amor acaramelado de las mamás no es el más a propósito para criar héroes” gira en torno a una mujer llamada Elena que, al ser abandonada por su esposo, se dedica sola a la crianza de su hijo que tiene un aspecto hermoso según el autor, con rizos dorados, piel blanca y ojos verdes. El aspecto de este lleva a la madre a consentirle de manera excesiva y, además, le rodea sólo de figuras femeninas (núcleo) llega así en algún momento a gustar de vestirle de mujer, es decir, ponerle un vestidito (informante-indicio), (algo muy mal visto en la época, ya que la buena crianza de un niño siempre iría de la mano con la homosociabilidad según otros textos literarios) El niño, mimado y afeminado, representa una amenaza para la propia madre, y para la patria, “Elena, en suma, era la madre más mimosa que se conoce; era casi tan consentidora y tolerante como la patria, y Chucho asumía la soberanía nacional” (p. 9) (catálisis) Chucho, al crecer, será un “pollo” (término que explicaremos más adelante) y se preocupará únicamente por su aspecto y por las galanterías efímeras con mujeres casadas. (informante) Las mujeres caerían en sus redes por no haber sido tampoco bien criadas y por ser ignorantes. (informante).
La historia se desarrolla en la ciudad de México en la intimidad de varias familias que se relacionan entre sí a partir de algo en común: la religión, y, más específicamente, las fiestas religiosas. Las mujeres, dentro de estas fiestas, se arreglan y cuchichean (indicio) para poder así gustar de un hombre (informante) y poder construir su vida, según el autor (catálisis).
“Las niñas han convertido su recámara en un arsenal de lienzos almidonados, de flores, de encajes, de aromas, y después de algunas horas del más complicado, minucioso y difícil tocador, salen Merced y Angelita, radiantes de hermosura, prodigando aromas, vendiendo juventud y lozanía, como flores que acaban de abrirse dentro de un invernáculo. Las niñas pasan la mayor parte de la noche en confidencias y cuchicheos, y es tal el alborozo que el sueño huye de sus ojos” (Cuellar, 1871, pág. 25)
lloran y se emocionan con la música y el baile (indicio) para el autor demostrar así su emocionalidad y su conexión con el alma (informante)
“Mercedes lloró con todo el placer de la dicha. Y como si esta dicha fuese su apogeo moral, Mercedes en ese momento se puso más bonita. Era la flor con toda su esencia, con todos sus jugos, con todos sus pétalos y pasando por el zenit de su exuberancia, de su vida… de su amor… Mercedes irradiaba: en sus ojos había esa luz que arranca al pintor el pincel impotente y lo deja caer; esa luz que tortura la imaginación del poeta y le hace prorrumpir en disparates. Merced estaba indescribible, y todo por una nota musical puesta en contacto con su alma rebosante de dicha” (Cuellar, 1871, pág. 50)
y sobre todo, hacen los preparativos, es decir, la comida, y los arreglos formales, mantienen todo bajo control y se encargan de que la fiesta sea un éxito (indicio) obteniendo de ello una gratificación muy grande (informante). En cambio, los hombres (religiosos) se dedican a disfrutar, invitar a las mujeres a bailar, hablar sobre temas importantes (núcleo) y mantenerse ajenos a las emociones exaltadas producto de ciertas sensibilidades(informante-indicio).
“Los mismos tres señores graves que tan gravedosamente platicaban acerca del escudo de Nuestra Señora de la Merced la Virgen Santísima, al oír las primeras notas del bandolón, insensiblemente los condujo su imaginación desde la cumbre de sus eruditas elucubraciones hasta el terreno de las danzas, de las cosquillas, de lo retozón; y un observador hubiera podido notar en los tres pie de gallo del ojo de aquellos santos varones una ligera contracción parecida a la que precede a una sonrisa.” (Cuellar, 1871, pág. 50)
La siguiente parte del texto discurrirá sobre el matrimonio y sus implicaciones con un fuerte enfoque en el papel de la mujer como fuente otra vez de sustento del amor y como necesidad para encontrarse en una situación agradable y bien vista:
“ni Mercedes ni Angelita habían sabido cautivar el corazón de sus respectivos maridos (…). La dulce compañera del hombre no tiene más que dos maneras de ser: o ser la compañera de un hombre, o estar próxima a serlo; quiero decir, sólo la novia y la esposa están bajo el amparo de la ley natural. En todas las demás situaciones, inclusa la viudedad, la mujer es una hoja suelta, que vuela y se agita a merced de todas las vicisitudes, sin más apelación que ésta: la vejez” ( Cuellar, 1871, pág.239)
Es decir, la mujer tiene la presión de arreglar las situaciones (indicio) obedecer amar y divertir a su esposo (núcleo) para no perderle y poder así no encontrarse despojada de todo sin el amor de su marido (informante).
“(…) pero ya nadie la amaba. Concha le preguntó a la sociedad por su derecho al pan cuotidiano; y la sociedad no le enseñó una panadería sino un espejo. La moral le enseñó un castigo. Sólo el amor era su sostén: tenía que subsistir por el amor”.
Una vez que hemos profundizado en el papel de la mujer con su entorno familiar y social, podemos notar que se encuentra en una posición de profunda apertura y servicio a su alrededor, la relación externa forjada es completamente visible en la obra y a raíz de las conclusiones del autor en cuanto a su ideal de verdad (informante), es la única forma de supervivencia y felicidad, sin embargo, al encontrarse desprotegida y sin pan cuando no está respaldada por un amante y al encontrarse completamente absorta en el cuidado doméstico (núcleo) aún si el autor busca subrayar su intima sensibilidad, tratando de cachar la posible relación de esta con su individualidad y con la muerte (único suceso real a acontecer en la vida de todo humano) pareciese no haber contacto alguno si no es a través de su vanidad. Así, podemos concluir que la mujer carece de individualidad, a través del enfoque de Concha en la cita anterior, podemos ligar el miedo de Concha a la soledad, porque representa para ella la muerte, el hambre, al no poder valerse por sí misma. La relación de la mujer tradicional con su individualidad es casi nula, por lo tanto, quizá también la relación con su propia muerte, en cambio, la relación de una mujer viuda con su individualidad es agobiante y se relaciona con la muerte inevitablemente, rehuyendo de ella o relacionándose con ella desde el miedo o la resignación.
Cabe recalcar que el autor, a diferencia de los hombres, siempre resalta su aspecto, haciendo énfasis en su belleza o en su fealdad que mostrará un indicio al ligar siempre estos adjetivos con virtudes o defectos que estarán relacionados siempre con el aspecto de “provecho” que una mujer puede generar en una sociedad moderna según su aspecto informante basado en Barthes.
concluido el aspecto del papel femenino construido en la obra, pasaremos a la construcción del género masculino ideal dentro de la obra a través del análisis de los diferentes hombres protagonistas: Pérez y Carlos que conforman, a mi parecer, el hombre ideal de la época, la masculinidad que se buscaba construir y a Chucho con valores muy opuestos a estos otros dos.
Pérez es un hombre acomedido, sociable, organizado, responsable, bastante diplomático y bien instruido en materias de distinto índole (indicio) su nombre surge en cualquier conversación a partir de algún problema que se busque resolver, será el hombre que sepa mediar entre personas, acatar muy bien las órdenes y ofrecer una opinión de confianza (núcleo). A partir de esto, podemos asegurar, desde la visión del autor, que es honesto y tiene un gran corazón (informante) la relación con Elena (madre de Chucho) como demasiado bondadosa, paciente, comprensiva y hasta un poco injusta por la no correspondencia por parte de ella reflejan a un hombre que es capaz de amar.
Si Pérez representa la relación de los vínculos del hombre con la sociedad, Carlos representa los aspectos individuales ideales hacia la sociedad (núcleos) personificando valores como el recato, la elegancia, la cortesía, el aseo, la caballerosidad, el tacto, la sobriedad, y la educación (indicios) a demás de que será un hombre liberal, más relacionado con la figura del bohemio y con valores como la libertad y el sueño (informante)
“(…) tenía en sí mismo la superioridad sin pretenderla, la elegancia sin apercibirse de ella, la afabilidad sin estudiarla y el tacto, en fin, más exquisito para hacerse querer. Aunque sobrio en sus palabras, tenía siempre en sus labios una frase para cada uno, y había allí quienes hicieran alarde de tener amistad con Carlos por estar reconocido como una persona de distinción. En efecto, era rico e instruido, franco y caballeroso.” (Cuellar, 1871, pág. 65)
En cambio, Chucho representó lo contrario a estos dos personajes. Al ser demasiado afeminado representaba su carácter de pollo (indicio) es decir, su afán de parecer un hombre de dinero a partir de su aspecto y de su cuidado personal ocupándose demasiado en lucir interesante e instruido sin serlo en realidad en ninguna materia mas que en el baile, que también le funcionaba para demostrar su galantería asegurando el autor únicamente su ociosidad e ingresando en los círculos sociales ricos a partir de influencias y favores (núcleo) no pudiendo, en comparación con Pérez, generar ningún vínculo afectivo genuino, (ni siquiera hacia su madre, a demás de ser falto de moral por buscar ser deseado por mujeres casadas “Para Chucho el mundo era un festín hecho para él; vivía en sí mismo y nada de lo que le rodeaba dejaba de contemplarlo como hecho para su deleite” (Cuellar, 1871, pág. 201) (catálisis)
A partir de esta relación de personajes, podemos encontrar una concordancia entre Carlos y Pérez, completamente diferentes a Chucho el Ninfo, representando a estos como los hombres ideales de la sociedad que podían así generar un papel activo en la sociedad como individuos pensantes que podrían, a partir de su individualidad generar lazos duraderos, y terminar siendo “héroes” (concepto al que se refiere el autor desde el nombre del primer capítulo) que al no encontrarse ensimismados como es el caso de chucho, pero sí en contacto con su raciocinio puedan aportar algo a la nación y proteger la patria.
De esta manera nos damos cuenta de cómo el hombre de tal época, recordando también a la figura del bohemio o del flaneur francés tienen una relación con su yo bastante activa, aunque de una forma recatada y sobria o melancólica a partir de la ruptura de conexión con Dios como figura principal y disolvente de dudas. Las dudas se generan, hay un escepticismo creciente y un deseo que no se alcanza, una serie de relaciones con la vida y con las ideas que se agotan de cuando en cuando al notar que nada es permanente y que inevitablemente el fin llega a todo, pudiendo rastrear así una relación con la muerte también bastante nihilista por un lado pero también figurando en el nacionalismo una especie de romantización y cumplimiento del deseo profundo de un corazón que busca entregarse a un ideal que le haga trascender. (Santiáñez-Tió, 1995)
La conciencia desventurada ansía una perfección espiritual que, por no depender ya de la autoridad canónica del cristianismo, se convierte en fuente de angustias. (Santiáñez-Tió, 1995, pág. 190)
En relación con la figura del héroe, el hombre se pregunta cosas, busca conocer, tiene este aspecto reflexivo que se puede rastrear desde algunos mitos de la antigua Grecia, y que pone, por lo tanto, en tela de juicio sus saberes. En la época del México independiente busca defender su patria como un sinónimo de conocimiento, es decir, de consciencia del pasado y, por lo tanto, del presente. (Cuesta, 2011)
En conclusión, la figura de la mujer dentro de esta novela y muchas otras del mismo autor y de otros diferentes de la misma época como Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, entre otros, representan una pieza importante en la conformación de la figura del hombre ideal que gestaría al agente activo en la sociedad mexicana y, además, dotado de un individualismo no equiparable al suyo. La mujer convierte al género masculino en un ser independiente, individual, hasta cierto punto íntimo y activo dentro de la gestación de nuevas leyes y la defensa de la patria. El hombre se afirmará solo a partir de la mujer, que será el sostén, la base para que todo lo demás suceda, y representará, por lo tanto, todo lo que el hombre no es, será su contrario, pero también su perfecto complemento, quedando inevitablemente relegada a un segundo plano y siendo también sometida a muchos juicios al llevar en sus espaldas la crianza de los futuros varones y la mayor parte de responsabilidad emocional en sus relaciones maritales, desgraciadamente no suficiente a comparación del amor que un hombre puede dar ya que: “el amor en el hombre propende al heroísmo” (Cuéllar, 1871, pág. 110 ) y muchas veces complicado: “Las mujeres tienen a veces un idioma intraducible, al grado de que si el hombre no fuera poligloto en amor, se quedaría en ayunas” (Cuellar, 1871, pág. 144). La crianza femenina también se hallaba incompleta y en peligro de pervertir, como hemos visto con el protagonista de la obra, por lo que crear revistas para señoritas por los señores intelectuales de la época se convirtió en algo necesario. Teniendo que gustar también del tipo de hombre ideal, para no ser juzgadas de ignorantes: “En algunas mujeres, especialmente en las poco ilustradas, queda en su mente, aún en su mayor edad, el bello ideal del hombre en su estado de pollo” (Cuéllar, 1871, pág.214) Al encontrarse absorta en estas tareas, terminaría olvidándose por completo de sí misma, sin embargo, no habría otra forma de ser reconocida (aunque nunca lo suficiente) por la sociedad de la época, ni en el aspecto civil ni en el religioso, por lo que, lo que le quedaría en este punto sería existir bajo el poderío oficial de su marido “Porque tu marido será dueño de ti (…)” (Cuéllar, 1871, pág. 176) y de sus próximos hijos varones.
BIBLIOGRAFÍA
· Benhumea Bahena, B. (2014). Educados para ser varones modernos: los estudiantes del Estado de México durante el porfiriato. Un estudio de masculinidades. Contribuciones Desde Coatepec, (26), 91-107. Consultado de https://revistacoatepec.uaemex.mx/article/view/1489
· Cuellar, J. T. (1871). La Historia de Chucho el Ninfo. Obtenido de Universidad Autónoma de Nuevo León: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020006094/1020006094.PDF
· Cuesta, A. A. (2011). La muerte del héroe en la creación del Estado Mexicano. Obtenido de Academia.edu: https://www.academia.edu/37642071/La_muerte_del_heroe_en_la_creacion_del_pd
· Lara, Melina. “José Tomás de Cuéllar”. Diccionario de Escritores Potosinos, 17 de febrero de 2023,
escritorespotosinos.com.mx/escritores/005-tomas-de-cuellar.html [consultado el 17 de mayo de 2024]
· Sinagawa Barona, Gilda. (2024). El modernismo literario en el porfiriato: crítica y contemplación en torno a la política, el arte y la modernidad en cinco autores mexicanos [Maestra en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana] URL http://ilitia.cua.uam.mx:8080/jspui/handle/123456789/1185
· Santiáñez-Tió, N. (1995). EL HÉROE DECADENTE EN LA NOVELA ESPAÑOLA MODERNA (1842-1912). Obtenido de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: https://www.cervantesvirtual.com/obra/el-heroe-decadente-en-la-novela-espanola-moderna-1842-1912-980170/
· Vega, Rodrigo. (2011). "Difundir la instrucción de una manera agradable": Historia natural y geografía en revistas femeninas de México, 1840-1855. Revista mexicana de investigación educativa, 16(48), 107-129. Recuperado en 18 de mayo de 2024, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662011000100006&lng=es&tlng=es.